Seminario Mayor

Saturday, October 15, 2005


A.M.D.G

Por el Reinado de Cristo en nuestro corazón, por medio de su Iglesia, de la mano de Nuestra Madre la Virgen Maria.

Bodas de Plata del Seminario Mayor
“San Miguel Arcángel”


En este año, en que la Iglesia de Cristo peregrina en la tierra, se goza en celebrar el “Año Eucarístico Internacional”, declarado por el Papa Juan Pablo II, “El Grande”, y a un mes de haber finalizado la “Jornada Mundial de la Juventud”, presidida por Benedicto XVI, nuestra Iglesia particular en San Luís tiene un nuevo motivo de agradecimiento a Dios, de alegría y de festejo; y es que, nuestro querido Seminario Diocesano “San Miguel Arcángel” celebra sus Bodas de Plata.
Veinticinco años de gracias invalorables recibidas de las manos de Dios; veinticinco años formando sacerdotes de Cristo, “para que defiendan los derechos de Dios, hoy día tan pisoteados”, tal como lo expresara Mons. Juan Rodolfo Laise (Obispo Emérito) al tener que decidir el nombre que identificaría al Seminario. Así, quiso Dios que tenga como especial patrono y protector al Jefe de las Milicias Celestiales; el Arcángel que luchó y expulsó del Cielo al Demonio y sus Legiones rebeldes, bajo el lema ¿Quis sicut Deus? (¿Quién como Dios?), frase esta que identifica a todos los Ministros que en Él se han formado, se forman y se formarán, para que celebrando los Misterios de la obra Redentora del Salvador y defendiendo sus derechos, hagan presente entre los hombres al que es El Camino, La Verdad y La Vida, y así peregrinemos a la Patria y Felicidad Eterna.
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“Solemne celebración de la Fiesta de
San Miguel Arcángel”


El mismo miércoles 28, pero por la noche, habiendo celebrado las primeras vísperas, de la solemnidad de nuestro santo patrono, se llevo a cabo la velada de honor.
La misma tuvo lugar en el esplendido parque del seminario bajo un cielo algo nublado pero cálido. Allí, con nuestro Señor Obispo y sacerdotes compartimos junto con profesores del seminario, familiares, amigos y bienhechores una grata velada aguardando la llegada del día tan esperado.
Así es que, luego de disfrutar con unas buenas empanadas de distintos números como el coro recientemente formado de la Universidad Católica, de una guitarreada, videos, salutaciones y otros, recibimos con mucho gozo y alegría el día 29, fecha esta, en la que la Iglesia Universal celebra con solemnidad la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, y como dijimos, nuestra Iglesia particular en San Luís festeja además las Bodas De Plata de su seminario diocesano que lleva el nombre del Arcángel San Miguel.
Durante el transcurso del mismo día 29, participamos de varios eventos. El primero tuvo lugar por la mañana. En este, el acto jubilar, tuvo como centro la emotiva y significativa apertura de un cofre que se había guardado a los pies de una imagen de la Santísima Virgen María en los primeros años del seminario. En este recipiente, se habían guardado, con deseo de ser abierto para las Bodas de Plata, varios elementos significativos. Lo curioso y sorprendente es que, lo único que perduró debido a las inclemencias del tiempo fue un Santo Rosario que debía ser entregado, según se lee en un texto, al Señor Obispo reinante, es decir a Monseñor Jorge Luis Lona, quien a su vez, pidió que se quedara en el seminario, luego de considerar este echo como una “manifestación mas de la especial protección de la Santísima Virgen María sobre el seminario”. Por lo tanto se decidió colocar el rosario en las manos de la imagen de la Virgen que preside la Capilla mayor, acompañando el acto con una consagración y canto a la Virgen.
Diremos también que se preparo un nuevo cofre con distintos elementos para volver a colocar nuevamente a los pies de la Virgen y abrirlo para las Bodas de Oro Dios mediante en el 2030.
Finalizado esto, tuvo lugar la solemne celebración de la Misa de Acción de Gracias, precedida desde luego por Nuestro Señor Obispo Jorge Luis Lona. Asistieron a la misma además de sacerdotes, seminaristas y religiosas, el Señor Intendente de la Ciudad de San Luis con su Señora Esposa, numerosos familiares, amigos y bienhechores.
Tras la celebración del Santo Sacrificio se compartió el almuerzo con todos los presentes.
Para finalizar el homenaje, por la tarde tuvo lugar la Adoración Eucarística, manifestando así, la Adoración y Acción de Gracias a Dios por este don invalorable e inmerecido con que ha querido bendecir a Iglesia particular en San Luis al permitir que el Seminario diocesano San Miguel Arcángel celebre sus veinticinco años.
Veinticinco años que nos compromete a todos a una ininterrumpida acción de gracias a Dios por esta manifestación de su amor, y, a su vez nos impulsa a mantener la plegaria incesante que pidió el Salvador “La mies es grande, mas los obreros son pocos. Rogad pues al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt. 9, 37-38)
Nos despedimos, implorando a María Santísima, Rectora del Seminario, y, a San Miguel arcángel, patrono y protector, que nos alcancen de Cristo Nuestro Rey y Señor las gracias que mas necesitamos para que llevando una vida santa aquí en la tierra podamos gozar todos juntos de la Vida Eterna.
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“Jornada de monaguillos”

Bajo este contexto, se han organizado en el seminario, diversas Jornadas. La primera de ellas tuvo lugar el día sábado 24 de septiembre, fiesta de Nuestra Señora de la Merced. En esta, con el ideal “Seamos luz de Cristo”, se convoco a todos los monaguillos de la diócesis.
Aproximadamente 160 niños de diversas edades se congregaron bajo el hermoso cielo azul en el predio del seminario para que, compartiendo con los seminaristas, sacerdotes y Nuestro Señor Obispo, momentos de oración como, la Santa Misa y la Adoración Eucarística y momentos de juegos y diversiones como, la búsqueda del tesoro, el campeonato de fútbol, canciones y un mini fogón, los niños descubran desde pequeños lo que significa ser Luz de Cristo.
Que sepan en todo momento de sus vidas, especialmente con sus familias, en la escuela y en la parroquia, ser fieles testigos de las enseñanzas de Cristo; convirtiéndose así en verdaderos amigos de Cristo y reciban la especial protección Maternal de la Santísima Virgen María.
Como siempre, los niños con su alegría característica y vitalidad inagotable, además de sembrar el seminario con sus risas, gritos, saltos y travesuras, agotando las fuerzas de todos los mayores presentes, supieron mantener el silencio, atención y recogimiento debido en los momentos de Adoración y Santa Misa. Así, han demostrado que ellos, comprenden que hay algo muy importante que se desarrolla en esos momentos, un misterio, el de Cristo, enseñando además a todos los presentes, que, a pesar de ser pequeños de cuerpo son a la vez grandes y humildes en su espíritu, condición esta que el mismo Cristo resalta como indispensable para entrar en El Reino de los Cielos. Posted by Picasa


“Jornada de jóvenes”

Siguiendo con las jornadas en honor de las Bodas de Plata del Seminario, el día domingo 25 de septiembre, domingo XXVI del tiempo durante el año, tuvo lugar la segunda de estas.
Jornada dedicada para los jóvenes parroquianos de la diócesis.
Así, entre las nueve y las diez de la mañana se congregaron alrededor de 240 jóvenes provenientes de numerosas parroquias de la provincia, tanto de la ciudad como de los pueblos más distantes del norte como del sur de la misma.
Todos ellos, junto a los seminaristas, sacerdotes y nuestro Señor Obispo, compartimos una jornada muy intensa, con numerosas y variadas actividades, en las cuales el factor común, era el ideal “Hemos venido a adorarle”, con el cual se pretendió inculcarles que la Eucaristía es la cima y fuente de toda la vida cristiana, tal como lo expresara el Papa Juan Pablo II en una de sus últimas encíclicas (Ecclesia de Eucaristía), resumiendo maravillosamente el sentir del Magisterio de todos los tiempos.
Por la mañana, luego de la presentación individual de todos los participantes, mate de por medio, tuvo lugar una charla presidida por un sacerdote formador del seminario, el padre Federico Kunz, en la cual, el tema central fue “La verdadera y única felicidad se hallan en el seguimiento incondicional de Cristo amando la cruz que El nos dé”. En base a este tema y a otras consignas que se dieron por medio de los seminaristas coordinadores, se reunieron por grupos para debatir, sacar conclusiones y objetivos; todo ello fue plasmado en un afiche que por la tarde, junto al Señor Obispo y un chocolate, cada grupo expuso ante todos sus conclusiones.
Al mediodía, todos se congregaron en la Parroquia Nuestra Señora de la Guardia para poner en acto aquel ideal que los congrego: “Adorar a Cristo presente en la Eucaristía”, y así poder entablar un diálogo íntimo con nuestro Rey y Señor.
Finalizada la Adoración y luego del almuerzo al aire libre y con un amague de tormenta, realizamos el ascenso a distintos cerros que rodean el seminario, cada grupo con su bandera y lema que lo identificaba. Tras infaltables caídas, golpes y raspones, los jóvenes llegaron a la cima, en la cual además de alegrarse por el logro y clavar el mástil con la bandera, compartieron y rezaron el Santo Rosario. Con ello se quiso mostrar que la vida cristiana, la vida de santidad es algo parecido a escalar un cerro, ya que nunca faltan las dificultades, sufrimientos, incomprensiones (cruces), pero quien sepa sobrellevarlas con y por amor a Cristo y a los hermanos, alcanzará la cima de la Vida Eterna.
Hacia el final de la jornada, todos participamos de la Santa Misa presidida por el Señor Obispo; finalizada la misma se efectuó la procesión de antorchas hasta la nueva ermita en la que se entronizo la imagen de nuestro patrono San Miguel Arcángel.
La jornada concluyo con un video muy significativo, el cual hacía referencia de la Eucaristía, los veinticinco años del seminario, la Jornada Mundial de la Juventud, de la presente jornada y de una consagración de todos los presentes a la Santísima Virgen Maria.
Podríamos concluir diciendo que en la jornada se dio un ambiente muy agradable, sano y santo en el cual los jóvenes experimentaron y demostraron que se pueden divertir sana y santamente; que vivir en la pureza amando y siguiendo a Cristo su Iglesia y la Santísima Virgen María, no solo dan sentido a la vida sino que nos hacen vivir la auténtica felicidad, anticipándonos así la plena felicidad de la Vida Eterna. Todo esto corroborado por las innumerables confesiones y comuniones.
Sin mas, diremos que ha sido como un apéndice de la Jornada Mundial de la Juventud, de la cual el Arzobispo de Colonia dijo que a ella asintieron dos papas: “Juan Pablo II desde el cielo, y Benedicto XVI personalmente” Posted by Picasa

HISTORIA DEL SEMINARIO

SAN MIGUEL ARCÁNGEL.

Desde su creación hasta nuestros días.


POR FEDERICO FERNANDO KUNZ.


EL VOLCÁN, SAN LUIS. AÑO 1997.
Actualización junio 2002.

PROLOGO.


Es nuestra intención recordar de alguna manera los inicios de la creación del Seminario Diocesano: “San Miguel Arcángel”, en el cual me estoy formando.
Deseamos hacerles llegar a ustedes algunos elementos claves con lo que puedan juzgar por sus propios medios, de que manera y con que fines fue creado.
En primer lugar evocaremos, los documentos más importantes que puedan servirles para saber de que manera fue llevandose a cabo esta labor, por parte de nuestro Obispo y sacerdotes, junto también a los primeros seminaristas, hoy ya sacerdotes.
Es muy grato releer el auto pastoral, por la que se crea el Seminario, los santos a los que se invoca. En una palabra recordar los primeros pasos, que dieron como fruto esta magnifica obra, que permite hoy en día la formación de pastores capaces de guiar a la Vida Eterna al pueblo de Dios, en esta porción de San Luis.
No pretendemos con esto dar un exhausta recopilación de datos, sino más bien una escueta pero precisa colección de hechos que permitan tener una noción (para aquellas personas que desconocen la historia del seminario), de lo que fue desde sus inicios hasta hoy en día, esta casa de formación sacerdotal.
Globalmente primero veremos la historia del seminario, haciendo un poco de revisión, Mons. Carlos María Cafferata, su tarea, la llegada de Mons. Laise, y sus expectativas para la diócesis. La cantidad de sacerdotes que la diócesis tenía, los seminaristas que había, etc.
La primera inquietud que tuvo y su mayor deseo, fue la creación de un seminario, de donde surgieran muchas vocaciones (futuros pastores del rebaño de Dios), capaces de evangelizar estas tierras sanluiseñas.
Esta gran preocupación lo llevo a “ponerse manos a la obra”, primero a través de la oración (que sigue acompañando la vida de los sacerdotes y seminaristas); con lo cual gran parte de los sueños estaban puestos en manos de Dios.
Pronto comenzó a sentirse el peso de la oración, ya el año 1979 se crea el seminario, a través de un Auto pastoral (aunque todavía sin un edificio propio), inmediatamente fue utilizado unas instalaciones en la misma ciudad de San Luis, pero pronto por inspiración del Espíritu Santo surge la idea de utilizar, un terreno donado para Casa de Encuentro, para la construcción del futuro Seminario Diocesano.
De esta manera en el año 1980 comienzan las obras de construcción en El Volcán, en este punto veremos un poco la historia; la bendición de la piedra fundamental de la Casa de Encuentro. La desición de construir el edificio del Seminario; su estructura edilicia y también las etapas por las que fue remodelándoce y al mismo tiempo ampliando el edificio.
También recordaremos, el equipo de formadores que estuvo presente desde el principio, al igual que los seminaristas.
Y por último un paso por los años sucesivos a su creación hasta llegar a la actualidad. Donde trataremos de cotejar algunos datos, con respecto a número de seminaristas que han ingresado por año, y cuantos son lo que han llegado a sacerdotes, etc..
No nos olvidaremos de dar un pantallazo general en la actualidad, el número de seminaristas y los formadores que se encuentran.
Por lo tanto el objetivo principal de esta monografía es concluir: primero, la importancia de los seminarios para la evangelización de los cristianos y no cristianos, para la dispensación de los sacramentos, para extender a lugares inhóspitos el mensaje de la salvación; en una palabra la importancia de la formación plena y según el Magisterio de futuros sacerdotes capaces de dar la vida por el Reino de los Cielos y por las almas encomendadas a su cuidado; y en segundo lugar nos tomaremos la tarea de demostrar que todo lo dicho, se ha cumplido, y que gracias a la presencia del seminario en San Luis, podemos afirmar que se ha contribuido a la edificación del Reino de Dios, ya aquí en la tierra.

CAPITULO 1.

INTRODUCCIÓN.


En la siguiente monografía trataremos de desarrollar en seis capítulos, la historia del Seminario diocesano “San Miguel Arcángel”.
Nos hemos servido del archivo del obispado, del cual hemos extraído gran cantidad de material, tanto de los informes que se realizaban en el seminario, como de artículos periodísticos, donde se consignas diversas actividades referidas al seminario; la mayoría de las fotografías que se encuentran en el apéndice, las hemos extraído de los archivos del mismo seminario. Agradecemos también la colaboración de los secretarios del Seminario que nos proporcionaron gran parte del material que hemos utilizado.
Trataremos también de lograr esquematizar por medio de tablas (en porcentaje), el número de seminaristas que ingresaron en cada año, el número de seminaristas de ese curso, que llegó al sacerdocio. Al igual que la estadística del número total de seminaristas por año.
Nuestro móvil es demostrar, como ya quedo asentado en el prólogo, la importancia capital que tiene en una diócesis, la creación y existencia de un seminario (donde la formación sea coherente con el Evangelio de Cristo, y principalmente con las directivas del Magisterio y de los Santos Padres); ya que las posibilidades de tener un pueblo capaz de ser dócil a las mociones del Espíritu Santo y a la vez más formado y más cristiano, se verán aumentadas de manera considerable.
Para esta tarea recordaremos los principales elementos que movieron a Mons. Laise a la creación de este seminario, el estado de la diócesis, la necesidad urgente de nuevas vocaciones; y además no debemos olvidar cuales fueron los principios fundamentales los pilares sobre los que se asienta esta gran estructura, no edilicia, sino espiritual y humana, y sin la cual es imposible el desarrollo de cualquier empresa, por grande y buena que sea.
Por esa misma cuestión el seminario, desde sus inicios estuvo dedicado y amparado a la Madre de Dios la Virgen María Santísima, Ella es la Rectora, y el sostén de esta casa y de todos los seminaristas. Los veremos cuando expongamos para ustedes el acta de creación del seminario, ella es la primera en ser mencionada.
Agradecemos también de manera especial, la labor actual de Mons. Jorge Luis Lona, que con mucho esfuerzo, trata por todos los medios de mantener vivo y en funcionamiento esta cuna de sacerdotes.
Por lo tanto esa es nuestra misión, de esta manera esperamos alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto, y al mismo tiempo encomendamos esta obra la Virgen Santísima, que es la protectora de este Seminario y al mismo tiempo nuestra Madre. A Ella dedico esta monografía.

CAPITULO 2.

EL SEMINARIO EN SUS INICIOS.


A. Historia de Mons. Carlos María Cafferata.

Nació en Rosario, el 29 de octubre de 1908. Fue miembro del primer consejo Diocesano de la J.A.C desde su fundación en 1934, y presidente el primer Centro Universitario de Acción Católica, siendo estudiante de medicina. Al terminar los estudios y ejercer su profesión durante un año, ingreso en el seminario de Villa Devoto de Buenos Aires, el 14 de enero de 1935 -a los 28 años- adonde lo envió su obispo, Mons. Antonio Caggiano.
En el seminario cursó tres años en dos, la filosofía, y tres la Teología, siendo trasladado a Rosario. Recibió la tonsura el 17 de diciembre de 1938, el Ostiariado y Lectorado el 25 de marzo de 1939 de manos de Mons. Antonio Rocca, Obispo titular de Augusta y auxiliar de Buenos Aires, quien el 7 de abril de 1941 le confirió el Exorcitado y Acolitado en el seminario.
Su obispo, Mons. Caggiano, le confirió las tres órdenes mayores a saber: el subdiaconado el 20 de diciembre de 1941, el diaconado el 4 de abril de 1942, y el sacerdocio el 19 de diciembre de 1942.
Al día siguiente de la ordenación celebró su primera misa en la catedral de Rosario, siendo padrino asistente el Pbro. Francisco Núñez.
Fue nombrado Profesor del Seminario Diocesano de Rosario, ocupando varias cátedras y supervisando la organización de consultorios y enfermerías. En 1947 se lo designó director espiritual del Seminario Diocesano, cargo que ocupó hasta su elevación al episcopado.
S. S. Pío XII, lo nombró Camarero Secreto Supernumerario, en el año 1954; y el 22 de mayo de 1956 el Papa lo preconizó Obispo titular de Chersoneso de Europa, y lo designo Auxiliar del Cardenal Caggiano.
El 24 de agosto siguiente fiesta de San Bartolomé Apóstol, recibe la Consagración Episcopal, junto a Mons. Francisco J. Vennera, Obispo titular de Abittine, y también, Auxiliar de Rosario, en la Cátedra Diocesana. Es consagrante su Eminencia, el Señor Cardenal, y su co-consagrante el Excmo. Obispo de Santa Fe, Mons. Manuel Marengo.
Vacante la Sede de Rosario, por el traslado del Cardenal Caggiano al Arzobispado de Buenos Aires, el Cabildo Diocesano lo eligió Vicario Capitular en octubre de 1959; ejerciendo hasta diciembre del mismo año, en que asumió la diócesis el 2º Obispo Mons. Silvino Martínez, siendo Vicario General.
Tras fallecer Mons. Martínez, es elegido Vicario Capitular y con fecha 11 de julio de 1969 Juan XXIII lo traslada a San Luis.
Tomó posesión de la diócesis el 30 de setiembre de 1961, participando del ceremonial los Excmos, Arzobispos de San Juan y Mendoza, Mons. Audino Rodríguez y Olmos y Alfonso María Buteler, respectivamente; los obispos de San Nicolas de los Arroyos, Mons. Francisco J. Vennera; de Rosario, Mons. Guillermo Bolatti, y el titular de Aricanda y auxiliar de Rosario, Mons. Benito Rodríguez.
En abril de 1971, con motivo de su delicado estado de salud, el Sumo Pontífice Pablo VI, le designo un Administrador Apostólico en la persona de fray Juan Rodolfo Laise, como promovido al Episcopado con el Titulo de Obispo de Giomnio.
Mons. Carlos María Cafferata, falleció en Rosario el 6 de julio de 1971, y sus restos descansan en la catedral de San Luis, en el Altar del Calvario.
En su gobierno interrumpido por su participación el Concilio Vaticano II, en sus cuatro sesiones, no sin preocupación por la asistencia espiritual de la diócesis; trajo a la misma a los padres del Verbo Divino con un contrato por diez años; para Merlo, a las hermanas Educacionistas Franciscanas Terciarias, y a los PP. Nuncio Calareso y Franco Casula y a las Hermanas de San José de Cuneo.
Reinició el Boletín diocesano local, (Hoja Mimeografiadas), separado del boletín de Cuyo, en 1964.

Recordemos que el único seminario que funcionó en esta diócesis fue entre los años 1948-1951, de sacerdotes eslovenos que luego fueron trasladados a Adrogue, donde más tarde fue clausurado.
Trascribimos a continuación la carta que le enviara Mons. Juan Rodolfo Laise a Mons. Carlos María Cafferata:

Excelencia Reverendísima:
Con particular afecto le escribo esta lineas para manifestarle, en primer lugar, los sinceros sentimiento de mi especial estima e incondicional entrega a esta nueva misión, que el Señor, en sus misteriosos designios, me ha encomendado para compartir con V. Excelencia el ministerio pastoral de la diócesis de San Luis.
Puede imaginarse V. Excelencia la emoción profunda que he experimentado al conocer esta inesperada noticia, que orienta mi vida al servicio episcopal, precisamente, en la diócesis de San Luis, en donde V. Excelencia desde hace tantos años, ha trabado con abnegado celo y caridad pastoral verdaderamente ejemplares.
Sinceramente le confieso, que por una parte, me atemoriza la tremenda responsabilidad aneja a este oficio pastoral; por otra parte, me consuela el firme apoyo que encontré en el sabio consejo avalado por la rica experiencia de V. Excelencia; en la reconocida piedad y sacrificada cooperación del clero, religiosos y religiosas, y en fin, en la disponibilidad y buena voluntad de todo el pueblo fiel de San Luis.
Agradezco al Santo Padre esta particular demostración de confianza, que, al hacerme participe de la plenitud del sacerdocio de Cristo, me encomienda el especial cuidado de esta parte de su grey.
Para V. Excelencia, y esta grey suplico la protección y la bendición de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, a la que he consagrado mi sacerdocio, y a la que consagro, en estos momentos, mi consagración y ministerio episcopal.
Con esta maternal bendición de María y la intercesión de San Luis, patrono de esta diócesis, comienzo esta nueva etapa que, en actitud de renovada fidelidad a Cristo, y a su Iglesia, espero redunde en copiosas bendiciones celestiales, para incremento espiritual de toda la diócesis de San Luis y de toda la Iglesia universal.
Agradezco a V. Excelencia la paternal benevolencia y especial afecto que ha demostrado al bendecir; desde el primer momento, esta elección.
Ruego a V. Excelencia, sea también el portador benévolo de mi primer saludo al Ilmo. Señor Vicario General, al Abnegado clero, religiosos y religiosas, y a todo el pueblo fiel de San Luis.
En sincera actitud de fidelidad a Dios y a su Iglesia; al Santo Padre y su Magisterio; a la diócesis de San Luis y a V. Excelencia; se reitera suyo en el Señor, suplicando la bendición pastoral, affmo, en Cristo Jesús.


B. Toma de posesión de la diócesis, de Mons. Laise.

En una ceremonia religiosa, efectuada en horas de la tarde del 6 de junio de 1971 en la Iglesia Catedral, asumió las funciones de Obispo Coadjutor con derecho a sucesión y Administrador Apostólico, Sede Plena, de la diócesis de San Luis, Mons. Juan Rodolfo Laise; para reemplazar a Mons. Carlos María Cafferata, afectado por una grave enfermedad.
Presenciaron el acto, el Gobernador de la provincia, Dr. Ángel Juan Gregorio Vivas, y sus ministros, secretarios y subsecretarios; además de muchos fieles que asistieron al templo mayor de San Luis.
Acompañado del Arzobispo de la ciudad de San Juan Mons. Idelfonso Sansierra, Mons. Laise ingresó a la Catedral exactamente a las 17:33 hs. En la puerta de la Iglesia era esperado por los obispos de Mendoza, Cruz del Eje, Río Cuarto y San Rafael, Monseñores Olimpo Maresma, Enrique Pechuán, María Moisés J. Blanchout y Óscar Villena, respectivamente; el cura Párroco, R. P. Jorge Bledel, y el maestro de ceremonias, diácono Antonio Aloisio Bledel, portaba la cruz que besó el nuevo Obispo Coadjutor, tras la cual ingresaron al templo por la nave central para iniciar la ceremonia .


C. Su principal preocupación, las vocaciones y la creación de un seminario.

Podemos decir que la primera gran preocupación de Mons. Laise, han sido, son y serán las vocaciones; hacía 17 años que no había ordenaciones sacerdotales en San Luis, con algunos sacerdotes ancianos y enfermos. Había solamente 20 sacerdotes, algunos de otras diócesis, de los cuales 11 estaban incardinado, y un sólo seminarista.
Se inició una intensa campaña de Oración, Vigilias, Horas Santas y Rosarios por esta intensión. Y el Señor escuchó nuestros ruegos.
Las ordenaciones comienzan en el año 1975, y desde entonces ha habido más de 50 ordenaciones sacerdotales.
En un informe se lee:

Las vocaciones sacerdotales son siempre una de las gracias más fecundas de una diócesis. La diócesis de San Luis fue creada en el año 1934, siempre tuvo pocas vocaciones, necesitó ayuda, incluso atravesó una etapa larga de más de quince años sin tener ninguna ordenación sacerdotal. En el año 1971, había solamente un seminarista puntano. En el año 1975, se ordenaron los primeros sacerdotes después de un largo período. Desde entonces, el Señor ha ido bendiciendo copiosamente. En el seminario de Paraná, se han ido formando los filósofos y teólogos de la diócesis de San Luis, y en la actualidad hay 20 seminaristas en el Mayor y 14 en el Menor.
Urgidos por la necesidad, en el año 1980 se abrió el Seminario Mayor “San Miguel Arcángel”, con 10 alumnos de filosofía. Actualmente hay doce seminaristas de primer año de filosofía, ocho de segundo y cuatro teólogos.
Con la preciosa colaboración de amigos y de entidades del medio se va haciendo frente a las necesidades materiales y con la ayuda de los católicos alemanes y de toda la diócesis, se ha ido levantando la estructura material del nuevo seminario con instalaciones amplias y cómodas para albergar a los alumnos actuales, pero que tendrán que ser ampliadas para el próximo año.
La vida del seminario se centra en la piedad y en el estudio. Ascesis y disciplina, Eucaristía y amor a la Virgen, fidelidad al Magisterio y devoción al Papa son las lineas programáticas de la formación de los futuros pastores del pueblo de Dios.
Se trabaja por formar hombres de fe, con esa fe creída en sus fuentes, sacerdotes que viven de la tradición y la Sagrada Escritura, fieles al magisterio que con gran generosidad, dándolo todo por el Señor, quieren edificar la Iglesia. Grande es la esperanza puesta en estos jóvenes. Hay capillas, iglesias antiguas y recientemente construidas o remodeladas que están esperando esta presencia sacerdotal para llevar el Reino de Dios, el mensaje evangelizador a todos los hombres de buena voluntad diseminados en los pueblos y ciudades de esta tierra puntana.


D. Creación del seminario.

EN EL AUTO PASTORAL, leemos:
Considerando:
La carta de la Sagrada Congregación para la educación Católica del 10 de octubre de 1979, (Prot. Nº 687/79/4), en contestación al informe correspondiente de la relación quinquenal, por la que urge la creación del SEMINARIO propio, debido a la renovada situación de no pocos seminarios argentinos, cuya capacidad se encuentra colmada; y que se puede inicialmente y con la esperanza en el futuro contar con los Profesores que avalen la formación doctrinal y espiritual de los candidatos al Sacerdocio.
POR LAS PRESENTES LETRAS SE CREA
En la diócesis de San Luis, EL SEMINARIO, bajo la protección de la Virgen, Reina del Cenáculo y del Patriarca San José, erigiendo como Patrono a SAN MIGUEL ARCÁNGEL, con el lema de su nombre “QUIEN COMO DIOS”.

En un artículo de la revista “Dios y yo”, leemos: “urgidos por la necesidad en el año 1980 se abrió el Seminario Mayor: “San Miguel Arcángel”, con 19 alumnos de filosofía. En la actualidad cuenta con 12 seminaristas de primer año de filosofía, 8 de segundo y 4 teólogos.

En “La Nación”, del 14 de febrero de 1980, se lee: “El obispo diocesano de San Luis, Mons. Dr. Juan Rodolfo Laise, creó por un auto pastoral, un seminario diocesano destinado a la ordenación de sacerdotes, con un plan de estudio de siete años, tres de filosofía y cuatro de teología.
El obispo dijo: «Este es el primer seminario que se crea en la historia de la Iglesia de San Luis...; ...esta es la más grande gracia que haya recibido la diócesis de Dios, en estos último años».


E. Primer edificio para los seminaristas.

El primer edificio que se utilizo, para seminario fue primero adquirido por Mons. Dionisio Tibileti, primer obispo de San Luis, para la pastoral diocesana. Posteriormente Mons. Emilio Di Pascuo la destinó a pensionado Universitario Femenino. Mons. Carlos María Cafferata lo destinó a las instituciones Diocesanas. Después de estar destinado a la Caja de Jubilaciones, y el actual Obispo de san Luis, Mons. Laise, solicitó la casa a las autoridades provinciales para ser destinada al actual SEMINARIO DIOCESANO.
La finca luego de ser remodelada y ampliada con nuevas y ventiladas habitaciones, tiene capacidad para 25 estudiantes con la posibilidad de realizar nuevos trabajos de ampliación. Además de la Capilla cuenta con un aula para el estudio, biblioteca, sala de lectura y aulas para clase.
El Obispo diocesano Mons. Juan Rodolfo Laise, bendijo con visible satisfacción el edificio remodelado del Seminario “San Miguel Arcángel”, de San Luis, donde se realizaron obras y compartimientos pulcros y modernos, para responder a los requerimientos de estudio, alimentación y estada de por lo menos 30 seminaristas, cómodamente ubicados en el local, ubicado en la calle Lavalle 1239 de esta ciudad.

Según podemos apreciar, la gracia de Dios produjo frutos abundantes, hacía menos de un año, que se había sido creado el Seminario, y ya se contaba con un edificio, en el que se pudieran formarse los seminaristas de la diócesis. En una homilía (en el día 19 de septiembre de 1997 ) recordaba nuestro Obispo:
“Un día estábamos en el patio del obispado y todos decían que nombre le pondremos al seminario, entonces yo dije -comenta Mons. Laise-: «Quién como Dios», quien más grande que Dios, en este mundo en que se le da tanta impotancia a los derechos de los hombres, quien se preocupa por lo derechos de Dios, por eso -prosigue el Obispo- quien sino los sacerdotes, tienen esta misión de defender los derechos de Dios y de proteger a la grey que el mismo ha confiado a los pastores”.
De esta manera Mons. Laise nos hacía remontar a los comienzos para comprender la importancia y el valor que tiene para nosotros, el nombre San Miguel Arcángel (MiKa - El: quien como Dios, en hebreo).


F. Piedra fundamental para casa de retiro, el futuro seminario.

El 28 del 08 de 1978, Mons. Juan Rodolfo Laise, bendecía, la piedra basal de la Casa de Encuentro, acompañaron al Obispo el gobernador Marcilese y su esposa Leonor Funes Mathus, que apadrinaron el acto de colocación de la piedra fundamental.
Se colocó la piedra fundamental de la Casa de encuentro Diocesano a erigirse en la localidad de El Volcán junto a la Iglesia de la Virgen de la Guardia y se celebró solemnemente las fiestas patronales de ese centro veraniego a través de distintos actos que fueron realzados con las presencia del gobernador.
Desde la 10 de la mañana una numerosa cantidad de fieles esperó al Obispo diocesano en la avenida de acceso a la localidad de El Volcán. A su llegada se le tributó una cariñosa recepción y tras los saludos, se trasladó hasta la Iglesia, donde se celebró la Misa de fiesta, pronunció al mismo tiempo una homilía conectada a la reciente designación del nuevo Papa y al proyecto de construcción de la Casa de Encuentro Diocesano, una obra que por su trascendencia se realizará de inmediato, por lo menos, en su planta baja. Dijo que esta obra tendrá al terminarse cuarenta habitaciones con todas las comodidades y condiciones sanitarias.

El primer mandatario de la provincia y su esposa, arribaron a El Volcán en medio de demostraciones de simpatía de la población, siendo saludado por el intendente. Luego participó de la solemne procesión encabezada por la imagen de la Virgen de la Guardia, la que contó con numerosa adhesión de fieles.
Poco después de la 11 horas el gobernador, el obispo diocesano y la gran cantidad de fieles se dirigieron hasta el lugar donde se levantará el monumental edificio, casi contiguo a la Iglesia de la Virgen de la Guardia.
Allí los padrinos de esta ceremonia el gobernador y su esposa; el ingeniero Victorio Picca, escribano Alberto Acebedo, doctor Arturo Marcelo Petrino, Ezequiel Andiñac, agrimensor Manuel Capiello y sus esposas y la escribana Teresa Ahumada. Todos ellos formaron un pergamino que luego fue introducido en un tubo de protección por el brigadier Marcilese. Luego el arquitecto Alberto Bendzent colocó ese tuvo en la abertura de cemento de la piedra fundamental.
La banda de música de la policía de la provincia interpretó el himno Nacional Argentino que fue entonado por la multitud que tras los aplausos prorrumpió en vivas a la patria, al obispo, al gobernador y el ingreso de la Virgen de la Guardia a la Iglesia, luego de la procesión, fue saludado agitando pañuelos blancos.
El gobernador y el obispo participaron luego de un agasajo en el salón de actos de la intendencia municipal, cerrando el programa de las fiestas patronales de El Volcán.

Años más tarde, gracias a la inspiración del Espíritu Santo, surgió la idea de utilizar los cimientos de la Casa de Encuentro, para la construcción del nuevo seminario, así leemos en el diario “La Opinión” (3/04/82): con motivo de presidir la inauguración de las obras del Seminario “San Miguel Arcángel”, arribó ayer a nuestra ciudad el nuncio Apostólico de la Argentina Mons. Ubaldo Calabresi.
El prelado lo hace invitado por el obispado de San Luis, como así puede saberse que en el día de hoy asistió a la celebración de Nuestro Señor de Renca, y presidirá asimismo de los festejos de Nuestro Señor de la Quebrada que concluyen hoy en horas de la tarde.
Ayer a las 18:00 hs. Mons. Calabresi asistió a la inauguración del Seminario construido en El Volcán acto que contó con la asistencia del gobernador brigadier mayor Hugo Nicolás E. di Risio acompañado de su señora esposa, ministros y autoridades civiles y militares, y miembros de distintas instituciones religiosas.
En la ceremonia de el Volcán, el intendente dio la bienvenida al ilustre visitante y a las autoridades que asistieron a la tocante ceremonia del seminario “San Miguel Arcángel”, que es hoy una realidad.

CAPITULO 3.

EL NUEVO EDIFICIO.


Ya se había tomado la desición de utilizar la Casa de Encuentros para la construcción del nuevo Seminario, así lo expresa el mismo Obispo: “se están concluyendo las obras de «El Volcán», para el seminario diocesano”.
Desde hace aproximadamente 4 años, por iniciativa del Obispo se inició la obra, en principio para casa de Encuentro Diocesano y después para Seminario Diocesano, destinándose la casa actual del actual Seminario, en la calle Lavalle 1237, para la Casa de Encuentro.
Se han construido 26 habitaciones, con capacidad para dos camas, con baño, cocina, comedor, aulas, capillas, caldera, etc.
Esta obra se ha podido llevar a cabo con la ayuda de los católicos alemanes, con dos rifas y subsidios del Gobierno Nacional y provincial.

Últimamente se han recibido tres ayudas importantes de la colecta Mas por Menos y del Gobierno Nacional para el equipamiento de muebles y del Gobierno Nacional para la conclusión de la obra.
Con referencia a las ayudas del gobierno Nacional y provincial, el Obispo de San Luis ha manifestado que es obligación de las autoridades así hacerlo. Nuestra legislación argentina así lo dispone en sus leyes. De este modo otros gobiernos no sólo han ayudado a equipar seminarios sino que los han realizado en su totalidad, en otras diócesis.
“Debe tenerse en cuenta -manifestó el Obispo- que en todas las diócesis del país se trabaja en el mismo estilo, sin excepción. Y si bien es cierto que hay muchas otras cosas que hacer, es deber de la Iglesia preocuparse, en su propio ámbito para llevar adelante la misión que le corresponde, que en definitiva no tiene otra finalidad que el bien del pueblo de los fieles, de todos los habitantes de la provincia”.
Agradeció finalmente a la providencia divina, en la que se apoyan todas las iniciativas, proyectos y realizaciones de la Iglesia, que se sirve de los hombres e instituciones para esta instrumentalidad de los medios humanos.

Gracias a Dios la ubicación del nuevo edificio es realmente providencial, ya que al estar alejado de grandes medios urbanos, es la principal caracteristica con la cual deben contar los seminarios, para poder formar en el silencio, Cristo estubo 40 días en el desierto antes de comenzar la vida pública. De la msima manera los seminaristas deben vivir esta etapa de profunda unión con Dios, lo que les permitirá (a los seminaritas) más tarde, poder hablar de la abundancia de su corazón.


CAPITULO 4.

LA INAUGURACIÓN.


A. Principios.

Es importante tener en cuenta, para no confundir y equivocar el juicio, los aspectos esenciales que marcan la esencia de una persona, o en nuestro caso de una institución, y estos son los principios fundamentales, que guiaron a los formadores y seminaristas, a lo largo de estos años, en la formación de futuros sacerdotes.

Principios fundamentales:

a. Piedad: Las dos fuerzas que sostendrán la vida espiritual del Seminario eran la Eucaristía en su triple dimensión: sacrificio, comunión y permanencia del Señor en el sagrario, y la filial devoción a la Satísima Virgen, en la imitación de sus virtudes, dando primacía a la vida de la oración y responsabilidad en el cumplimiento de la voluntad de Dios y de la caridad en base a la doctrina y el ejemplo de los maestros reconocidos de la vida espiritual. La formación espiritual tendrá en cuenta la regla-clave de toda praxis cristiana -praxis apostólica y pastoral, praxis de la vida interior y de la social- recomendada como medio esencial por S. S. Juan Pablo II en la Encíclica “Redemptor Hominis”, es decir, el conocimiento adecuado de la vocación y de la responsabilidad por esta gracia singular, única e irrepetible, mediante la cual todo cristiano construye el cuerpo de Cristo. Tendrá como meta la vida de la fe y el renovado descubrimiento de su relación vital con Cristo. La piedad será eminentemente sacerdotal, es decir, irá preformando la imagen de Cristo Sacerdote.
b. Formación doctrinal: tendrá como fundamento el Magisterio ordinario y extraordinario de la Iglesia Católica en íntima unión con las directivas y orientaciones del Santo Padre y Sagradas Congregaciones; la doctrina de Santo Tomás de Aquino, tanto en el campo de las ciencias sagradas como en el de la filosofía, constituirá el núcleo de su enseñanza.
c. Disciplina: estará informada por la “gran disciplina de la Iglesia” que debe conservarse en la vida de los sacerdotes y de los fieles, y orientaciones de los Romanos Pontífices. Esta disciplina irá forjando un estilo de vida recio y viril en el dominio de las inclinaciones, en el hábito de juzgar y comportarse en todas las circunstancias de la vida, según las máximas del Evangelio y los ejemplos de Jesús. Para este fin se dará gran importancia al silencio y al recogimiento.
d. Pastoral: los seminaristas se iniciarán en una forma moderada y conforme a las exigencias de una formación progresiva de la práctica del apostolado.


B. Los primeros pasos.

Tenemos en nuestro poder el “Libro de Crónicas”, del Seminario Mayor «San Miguel Arcángel». En este libro en las primeras páginas encontramos:

2 de Mayo de 1982 “Domingo del Buen Pastor”.
Se inauguran las nuevas instalaciones del Seminario en El Volcán.
El edificio y la capilla fueron bendecidas en esa fecha por el Señor Nuncio Apostólico en la Argentina S. E. Mons. Ubaldo Calabresi. Asistieron al acto el Señor gobernador de la provincia y demás miembros del gobierno provincial.
Al finalizar el acto se rezó el “Regina Cæli”, en el comedor, donde previamente habló el Señor Nuncio, destacando la afluencia actual de vocaciones sacerdotales y religiosas en la Argentina y en el mundo.
Y con fecha del jueves 1º de julio de 1982, leemos:
Se cumple el traslado del seminario al nuevo edificio de El Volcán desde el primitivo edificio de la calle Lavalle 1239 en la ciudad de San Luis.
A las 21 hs. El Santísimo Sacramento es traído en procesión con cantos por el P. Padilla y los seminaristas desde la Parroquia de El Volcán a la capilla del Seminario

Viernes 2 de julio de 1982:
8:30 hs. En ausencia de Mons. Laise -a la sazón en Europa, buscando donaciones para construir el nuevo pabellón-, el prefecto de disciplina P. José Miguel Padilla celebraba la Santa Misa por vez primera en la nueva capilla. Se rezó la Misa votiva de la Santísima Virgen, en acción de gracias por todos los beneficios materiales y espirituales, con especial mención del Obispo y de los benefactores del Seminario.

Sábado 3 de julio de 1982:
Celebra la Santa Misa el R. P. Miguel Yonson, a las 8 hs., previo rezo comunitario de las laudes, que se rezaron por vez primera en la nueva capilla el día anterior por la mañana.
Durante el día continuamos los trabajos de instalación y de limpieza.
Por la tarde a la 20 hs. Se expuso el Santísimo Sacramento, se rezó el Rosario en comunidad y posteriormente las vísperas solemnes del domingo.

Lunes 5 de julio:
Se dictan las primeras clases en el nuevo edificio, a cargo de los profesores de Teología Natural (3º año). R. P. Miguel Ángel Yonson y de historia de la filosofía antigua R.P. José Ricardo Hayes (para 1º y 2º año).


C. Equipo de formadores.

El primer informe que tenemos sobre el seminario data del año 1981, y es el siguiente:
INFORME DEL AÑO 1981.
El año 1981 se inicia con el rectorado del vicario general, R. P. José Luis Cepero, contando con un equipo de tres sacerdotes permanentes a cargo de la prefectura de estudios (Pbro. Carlos Federico Guillot), Prefectura de Disciplina (Pbro. José Miguel Padilla) y administración (Pbro. Claudio Casseta). Además del director Espiritual del Seminario P. Estanislao M. Malec.
Ingresaron 11 nuevos seminaristas que se suman a los 10 del año 1980. Entre este nuevo grupo se encuentran seminaristas de las Arquidiócesis de Bahía Blanca y Añatuya a pedido de sus respectivos obispos.
De este modo quedan conformados dos cursos de filosofía a cargo de seis profesores, entre ellos un laico en la Cátedra de latín de reconocida vida cristiana y competencia en su tema.
La formación regular trató de ser completada con el dictado de cursos y seminarios a cargo de personalidades de mayor relevancia. Entre ellos el Titular de la Cátedra de Doctrina Social de la Iglesia, en la Pontificia universidad Santa María de los Buenos Aires, Dr. Carmelo Palumbo, refiriendose al “Orden natural según santo Tomás de Aquino”, complementando a la cátedra de ética dictada. Por esta misma Cátedra fueron invitados el Prefecto de Estudios del Seminario Mayor de Paraná, R. P. Dr. Alfredo Sáenz S. I. Quien dicto un curso sobre “Ética social”, y el profesor Antonio Window de la Universidad Católica de Valparaíso (chile), quien dictó un curso sobre “El orden natural en el pensamiento Pontificio”. Finalmente de la misma universidad Católica de Valparaíso el Pbro. Dr. Miguel Poradowsi dictó un curso sobre: “la actualidad e importancia de la Rerum Novarum”. En el aniversario de la misma. Es de notar que parte de estos cursos fueron reiterados por la noche ante laicos, lo cual fue una gran aporte del Seminario en la formación de los seglares.
En el orden espiritual y disciplinar se trabajó insistentemente en los criterios del último documento de la Sagrada Congregación: “Sobre la Formación espiritual en los seminarios”, especialmente comentada por el Señor Obispo en sus reuniones semanales con los seminaristas y profesores. Como también en las pautas del reglamento del Seminario.
Como tónica general se observa en los seminaristas una seria preocupación tanto en lo que toca al cultivo de la vida de oración (especialmente Eucarística y mariana), como el interés por una sólida y profunda formación a la luz del Magisterio de la Iglesia y de Santo Tomás de Aquino, creandose un clima de trabajo e investigación muy alentador para enfrentar su futuro sacerdocio.

Años más tarde, el sueño se hacía cada vez más real, y así nos lo indica el siguiente informe del año 1987, y que nos dice:
Con la conclusión del período de vacaciones se inició la convivencia anual de los seminaristas mayores, llevada a cabo desde el 16 de enero hasta el 6 de febrero. El lugar elegido para congregar a nuestros futuros sacerdotes en el descanso y la intensificación de las relaciones fraternas fue el mismo seminario.
Durante este período los jóvenes pudieron disfrutar de algunas excursiones y paseos por el interior de la provincia, como así también del deporte, y las actividades al aire libre.
Ya concluyendo esta etapa, comenzaron los preparativos, para realizar las misiones diocesanas, del presente año 1987. Conviene destacar que el período de convivencia, los seminaristas colaboraron como durante todo el año en el mejoramiento y mantenimiento de las instalaciones, y alrededores de nuestros establecimiento.
Las misiones se realizaron desde el 7 al 20 de febrero, entre zonas distintas de la Diócesis: desde la Vicaría Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, se atendieron pastoralmente los nuevos barrios urbanos AMMPYA y Policial, bajo la dirección del párroco zonal: Pbro. José Miguel Padilla; desde la Vicaría de San Antonio, el barrio 208 viviendas bajo la supervisión del Pbro. Valeriano Ríos, administrador Parroquial de la Zona, desde la Parroquia urbana Nuestra Señora de Fátima, la zona rural de san Jerónimo, y la Calera, bajo la dirección del Pbro. Jesús Montre, y la asistencia permanente del Pbro. Atilio Cengarle, Director Espiritual del Seminario Diocesano.
En la primera semana de marzo, exactamente el lunes 2, el Señor Obispo pronunció la Lectio Brevis inaugural del año lectivo; inmediatamente después de concluido el Retiro Espiritual Anual, predicado por el obispo de Villa maría (Cba.), Mons. Alfredo Disandro, desde el 23 al 27 de febrero. A la Lectio Brevis, asistieron algunos miembros del cuerpo docente del seminario.
El primer fin de semana del mes en curso también se iniciaron, las tareas apostólicas de la formación progresiva de los candidatos al sacerdocio, bajo la asistencia directa del director espiritual, y de los sacerdotes a quienes les fueron asignados los seminaristas.
De distintas maneras todo el seminario fue preparando la visita apostólica a la Argentina de S.S. Juan Pablo II, en el marco del Quinto Centenario, de la evangelización en América. A diario rezamos en común la oración preparada por la Conferencia episcopal Argentina, para este Magno acontecimiento y otras obras piadosas sugeridas por formadores y formandos. El 7 de abril en la ciudad de Mendoza, pudimos gozar de la presencia del Sumo Pontífice, en su visita a todas las diócesis de Cuyo. La ocasión fue por demás edificante para cada uno de nosotros, para todos los presentes, para Argentina y para el mundo entero, particularmente por le tema de la paz, tratado particularmente por el Obispo de Roma. Sin lugar a dudas, este fue uno de los puntos más álgidos para la vida de nuestra diócesis, para nuestro Seminario, y para nuestros queridos seminaristas.
Además pudimos seguir el itinerario papal en algunos eventos, como la Jornada Mundial de la juventud, el Domingos de Ramos, en Buenos Aires.
Durante la Liturgia de la Semana Santa, los seminaristas asistieron al Señor Obispo en las celebraciones. Así se prepararon las ceremonias de la Misa Crismal, la Misa de la Cena del Señor, la Liturgia del viernes Santo, la Vigilia Pascual y la Solemne Misa de Resurrección.
Los días 1, 2 y 3 de mayo, se llevaron a cabo las fiestas del Santo Cristo de la Quebrada y del Santo Cristo de Renca, a las cuales asistieron como colaboradores un numeroso grupo de seminaristas, particularmente a la primera. Por otra parte, al celebrarse el día 25 del mismo mes la fiesta patria, el seminario diocesano acompaño al Vicario General, que presidió el solemne Te Deum en la Iglesia Catedral.
En el mes de junio vivimos intensamente la devoción al Sagrado corazón de Jesús; en las vísperas de cada jornada se expuso solemnemente el Santísimo Sacramento para la adoración de la comunidad.
Desde el 17 al 28 de julio tuvo lugar el período de vacaciones invernales. Y desde el día 29 hasta la mañana del 1º de agosto, el Obispo de Río Cuarto (Cba.), Mons. Adolfo Arana, como desde hace tres años, predicó el Retiro espiritual para todos los seminaristas que inician la segunda etapa del año lectivo.
Ya en el mes de junio, en la solemnidad de Pentecostés, nuestra pequeña Iglesia local, se vio enriquecida por tres nuevos sacerdotes, formados en nuestro seminario: los Pbros. Osvaldo Ignacio Daminato, Gustavo Mariuchi y Gustavo Méndez Medici. Pero también en este mes, casi en el corazón del año mariano, inaugurando en aquella oportunidad por el Papa Juan Pablo II, la diócesis de San Luis volvió a experimentar una gracia muy especial al ser ordenados dos nuevos sacerdotes: Pbro. Teófilo Flores y David Bruno Picca, el 15 de agosto, en la solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María. En la misma oportunidad, la Iglesia local recibió a los primeros sacerdotes formados en San Luis, que obtuvieron la Licenciatura en Sagrada Teología en el Centro Romano de la Santa Cruz, dependiente de la Universidad de Navarra. Efectivamente los presbíteros Eduardo Juárez y Carlos Terceiro, regresaron a San Luis, en esos días y pronto iniciaron el apostolado docente en nuestro seminario.
Poco tiempo después, hacia mediados de septiembre, otros dos sacerdotes partían al mismo Centro Romano, para obtener el mismo título de licenciatura en Sagrada Teología y en Derecho Canónico, con miras a seguir aumentando y consolidando el plantel de profesores. Los presbíteros enviados son Carlos Cangiano y Alejandro Laudadío, respectivamente y que recibieron el Orden Sagrado en 17 de mayo de 1986.
La semana sel seminario, que solemos celebrar antes de la fiesta de San Miguel Arcángel, y a la cual nos referimos más adelante, fue llevada a cabo en el mes de Mayo próximo pasado. Las fiestas de nuestro patrono, el Príncipe de la Milicia Celestial, fue precedida por la novena y presidida por nuestro Obispo.
El 3 de octubre, en la solemnidad de Nuestra Señora del Rosario del Trono, Patrona de la ciudad de San Luis, fue ordenado sacerdote el diácono José Luis Arce, sexto y último de los frutos -en el trascurso de este año- de nuestro pequeño sacerdote. Con esta inmensa alegría comenzamos a vivir con más intensidad el mes dedicado al Santo Rosario, y a las misiones en la Iglesia universal.
En noviembre celebramos el mes de María y concluimos el día el día 27, el ciclo académico 1987.
La primera semana de diciembre fue destinada a la preparación de los exámenes anuales y semestrales. Los mismos tuvieron lugar desde el 7 al 15 de diciembre. En la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Seminario entero asistió al Señor Obispo en al tradicional procesión por la calles de la ciudad capital.

También de este año tenemos información de la cantidad de seminaristas que tenía en ese momento el seminario:
38 seminaristas, en total, de los cuales 22 eran teólogos y 16 filósofos, 26 seminaristas pertenecían a la diócesis de San Luis, 8 a la diócesis de San Juan, 2 a la diócesis de Venado Tuerto y dos a la Sociedad de las Divinas Vocaciones (Vocacionistas), ambos del Brasil.
Sin lugar a dudas el seminario seguía creciendo, y los seminaristas aumentando, al igual que el número de los sacerdotes de la diócesis. Gran cantidad de sacerdotes ordenados fueron enviados a Roma (la Ciudad Eterna), para alcanzar una formación más profunda y poder dictar clases en el mismo seminario y colaborar de esta manera también, con el enriquecimiento de la diócesis de San Luis.
Habían pasado seis años desde, que se trasladara el seminario desde el antiguo edificio, hasta la nueva y actual residencia de los seminaristas, pero en esos años habían pasado muchas cosas, muchas personas y pero lo más importante era que el seminario había crecido (quizá no en número), pero si en vida espiritual, formación doctrinal, vida comunitaria, etc.
Y los frutos estaban a la vista, sacerdotes recién ordenados que se dirigían a Roma para formarse más profundamente, y otros que regresaban, todo sirvió para la mayor gloria de Dios y el bien de las almas.


D. Los primeros seminaristas.

En el “Diario de San Luis”, con fecha del 2/3/82, se encuentra la siguiente información:
La juventud de San Luis responde gozosa al llamado de Dios.
En el inicio del curso 1982, la diócesis de San Luis, ha recibido 15 nuevos candidatos para el primer curso de filosofía.
En la Misa de 20 hs. del sábado 27 de febrero, el Obispo de San Luis recibió, después de haber cursado 3 años de filosofía, a la teología a los seminaristas Omar Macega, Roque Antonio Gabutti, Guillermo Micheletti, Tomás José Orell, Marcos Juan, José María Corbelle.
En esta misma Misa, recibió las promesas de celibato y obediencia al Obispo de los seminaristas de 4º año de Teología Juan Micalizzi, Julio Moyano, Carlos Morales, Bernardo Juan, Daniel Rodríguez, Agustín Benitez y Juan Casamayor.
El próximo sábado en la Misa de 20 hs. en la Iglesia Catedral, conferirá el ministerio del lectorado a los seminaristas de 2º de Teología, Arturo Ruiz Freites, Juan Daniel Petrino, Carlos Alberto Olivera, Eduardo Nebelung, Miguel Fuentes, Miguel Speroni.
En la misma Misa, conferirá el ministerio del acolitado a los seminaristas de 3º de Teología: Reynaldo Anzulovich, Antonio Ruben Tula, Abel Arisi y Valeriano Ríos.
En la Iglesia Nuestra Señora de la Mercedes, de Villa Mercedes confirió el diaconado a Juan Casamayor, Daniel Rodríguez y Agustín Benitez.
En estas circunstancias las homilías del Obispo se refirieron al inmenso don y gracia muy particular a la diócesis puntana por el florecimiento de vocaciones y generosidad de los jóvenes en la entrega total e incondicional al servicio de la Iglesia.
Asimismo, se refirió al contenido teológico del orden del diaconado, en su especificidad de servicio de la Palabra en la Eucaristía y proyección de Amor a los hermanos, manifestó que el don del hombre a Dios es beneficiado en el mismo hombre con la irrupción de la mayor riqueza que pueda poseerse en la vida en la participación de la misma vida divina en un crecimiento sin ocaso hasta la visión y gozo de la divinidad para que Dios creó al hombre.

En una breve pero completa alusión a los seminaristas, podemos ver el gran número que había y muchos ya prontos a la ordenación: diaconal unos, sacerdotal otros. La diócesis crecía y si bien muchos de los que se mencionan tal vez no llegaron al sacerdocio, por motivos que uno nunca llegará a conocer, otros abandonaron su ministerio.
Lo cierto es que a pesar de todos los avatares el número de sacerdotes que se dedicaban al cuidado de las almas crecía y fortalecía de una manera muy especial la comunión entre los fieles de toda la provincia.
Ellos fueron los primeros, los que abrieron el camino, tal vez con dolor y hasta con incomprensión por parte de familiares, amigos, etc., lo cierto es que gracias a ellos, nosotros hoy tenemos esta diócesis tan bendecida por Dios.

CAPITULO 5.

EL SEMINARIO A PARTIR DE 1982.


A. Modificaciones edilicias.

Primera parte:
Había 24 habitaciones con baño privado, comedor, cocina, capilla, biblioteca, sacristía y aulas.
El 2 de mayo de 1982, Mons. Ubaldo Calabresi bendijo el edificio.

Segunda parte:
Se construyeron 3 aulas más, el aula magna, dirección, secretaria; seis departamentos para seis seminaristas cada uno, con dos baños por departamento y una sala de conferencias.
También lo bendijo el Nuncio Apostólico, el 26 de febrero de 1984.

Tercera parte:
El 22 de mayo de 1993, Mons. Juan Rodolfo Laise bendijo la capilla dedicada al Santo Cura de Ars.

Cuarta parte:
Se ha concluido el sector para los alumnos de Introductorio, y una casa de huéspedes. El sector para los alumnos de Introductorio tiene una capacidad para 12 seminaristas, tiene 3 dormitorios, con cuatro camas por dormitorio, sanitarios, sala de estudios y Capilla propia. La casa de huéspedes cuenta con 3 habitaciones con baño privado y una sala de estar.

B. Seminaristas, ordenaciones.

Por el seminario diocesano han pasado más de ciento cincuenta seminaristas, de los cuales aproximadamente 100 han llegado a ser sacerdotes, aquí o en otras diócesis. De estos, mas 60 han sido ordenados por Mons. Juan Rodolfo Laise y Mons. Jorge Luis Lona ya cuenta con sus primeros 4 sacerdotes ordenados gracias a la imposición de sus manos.
Durante más de quince años, la diócesis se vio favorecida por el crecimiento del seminario gracias a jóvenes que se entregaban generosamente al servicio de Dios y de los hombres, con un promedio de 2 a 3 sacerdotes ordenados por año, hubo un extraordinario aumento de pastores, capaces de guiar (como ya hemos dicho), a los fieles a los pastos de la vida eterna.
En la actualidad, el seminario esta integrado por seminaristas de la diócesis de La Pampa y seminaristas de la diócesis de San Luis, que comparten gran parte de las horas de estudios y de la vida recreativa del seminario. Esta gracia de Dios de poder compartir con seminaristas de otras diócesis, la etapa de la formación, abre nuestras expectativas con respecto a la Iglesia universal, para nosotros poder conocer las grandes virtudes que poseen sacerdotes de nuestra querida Argentina.
Lo más importante es conocer que cada región o provincia tiene su idiosincrasia propia, con lo cual hay que tener en cuenta que una buena pastoral se debe adecuar a las personas y a los lugares, sin que esto vaya en detrimento de la misma Verdad y de los Dogmas que la Iglesia nos presenta, como verdades para creer; y de las cuales no podemos más que asentir con la voluntad, como decía un santo: “si yo veo que esta mesa es negra, pero la Iglesia dice que es blanca, yo debo afirmar que esa mesa es blanca, aunque me parezca absurdo”.

Presentamos a continuación la lista de seminaristas que han ingresado cada año a partir de 1980, hasta 2002, les recordamos que es posible que el ingreso de seminaristas no sea necesariamente al curso de Introductorio.
En el libro de legajo encontramos los siguientes nombres (aclaración con un asterisco señalamos aquellos que fueron ordenados sacerdotes, con dos asteriscos indicamos a los que permanecen en nuestra diócesis):

En el año 1980:

Lacledino, José.*
Camusi, Esteban.
Ruiz Freites, Francisco Rafael.*
Benito, Juan Carlos.
Manchón, Felix Alberto.
Spezza, Agustín.*
Alvarez, Fabio Norberto.
Arisi, Abel.**
Ruzzo, Nicolas Reinaldo.
Guillot, Carlos Federico.*
Casa Mayor, Juan.**
Valeriano, Ríos.**
Aguilar, Ricardo Luis.
Speroni, Miguel Luis.*


En el año 1981:

Di Canto, Ricardo.
Besso, Daniel.
Olivera, Luis Adolfo.


En el año 1982:

Flores, Teófilo.**
Terceiro, Carlos.*
Soler, Horacio.
Lonardi, Ruben Oscar.
Juarez, Eduardo.*
Geyer, Alejandro.*
Picca, David Bruno.**
Arce, José Luis.*
Asad, Gustavo.
Cangiano, Nuncio Carlos.*
Daminato, Osvaldo Ignacio.**
Farber, Daniel Norberto.
Laudadio, Alejandro.*
Mariuchi, Gustavo.*
Mendez Medici, Gustavo Nelson.**
Minchili, Germán Rafael.
Pereyra, Eduardo Roberto.
Princich, César.
Rodriguéz, Omar E.
Soldera Bazan, Jorge A.*
Sosa, Anibal E.**
Vallejos, Héctor Alberto.
Guerrero, Sergio R.
Montre, Jorge O.**


En el año 1983:

Bianchi, Osvaldo R.*
Geyer, Gustavo.*
Gubiotti, Miguel A.
Migliore, Marcelo N.
Julian, Nicolas D.*
Splendido, Jorge A.*
Vázquez, Mario R.
Juarez, Guillermo.*
Carrera Almudo, Rubén.*
Cerromi, Osvaldo A.*
Alvez, Jorge D.
Tonedandez, Hugo A.
Colletto, Marcelo Enrique.
Paredes, Luis.**
Viale, Omar.
Carranzana, Miguel A.*
García, Miguel B.**
Muchilli, Pablo G.*


En el año 1984:

Chillemi, Eduardo D.**
Jaimes, Eduardo.
Beli, Oscar A.*


En el año 1985:

Navarras Correas, Rosember Daniel.*
Santos Menegildo.*
Abeijon, Ramón.*
Baigorria, Carlos.
Britos, Walter O.**
Gonzalez Jacobo, Hector D.*
Santillan, Mario E.
Vargas, Sergio E.
Casas Silva, Sergio H.*
Pierri, Carlos Jorge.*


En el año 1986:

Parma, Marcelo F.**
Simunovich, Sergio J.**
Peralta, Luis.**
Pellegrino, Juan C.*
Miranda Figueredo Antonio M.*
Calivar, Adolfo F.*
Loncaric, Leopoldo O.*
De los Ríos, Raúl L.*
Zabala, Javier E.*
Vergava, Hugo D.


En el año 1987:

Olivera, Alberto D.**
Santurio, Miguel A.**


En el año 1988:

Guzman, Jorge L.*
Pons, Leonardo V.*
Calamena, Omar A.
Sebastían, Daniel A.*
Recabarren, Fernando A.*
Reche, Mauricio A.
Silva, Fabio R.*
Abeijon, Willian.
Quero, Alfredo.
Baigorria, Claudio.
Lanza, Walter.**
Maranzana, Fabrizio.*
Videla, Hermán.*
Vargas, Germán R.
Paredes Marcelo A.
Campora, Rómulo A.*
Dilello, Sergio E.**


En el año 1989:

Fontana, Fernando A.**
Pérez, Daniel E.**
Díaz, Gabriel S.**
González, Jorge.


En el año 1990:

Alegrini Cristian O.
Spillman, Daniel E.**
Albisu, Adolfo I.
Peretó, Ruben A.
Medina, José A.*
Debia, Hector R.**
Guardia, Carlos E.
Adbala Bayut, Carlos A.*
Echenique, Jorge D.


En el año 1991:

Guillen, José A.
Anello, Guillermo E.
Potetto, Gabriel A.**
Arce, Miguel A.**
Carmona, Fernando R.


En el año 1992:

Baigorria, Eduardo Miguel.
Collado, Claudio E.**
Comandi, Juan J.*
Galán, Mario A.
Macio, Adolfo C.
Paez, Esteban F.
Stinga, Sergio E.**
Olazabal Palou, Raul E.*
Gonzalez Lepez, Gerardo Daniel.**


En el año 1993:

Cipolla, Juan Carlos.*
Rodriguez, Walter.
Cabezas, Gerardo Daniel.*
Caro, Gustavo D.*
Cuebas, José L.
Fanegas, Bernardo.
Preve, César**.
Cueto, Juan J.*
Jauregui, Alejandro.
Almeyra, Claudio.*
Borgogno, Pablo.*
Díaz, Gerardo V.
Moiraghi, Gustavo.
Sierra, Francisco.


En el año 1994:

Comandi, Miguel A.**
Chavez, Raúl C. M.**
Kunz, Federico F.**
Matos, Alejandro.
Navarro, Roberto.
De Haan, Marcelo*
Perello, Germán.
Pereyra, Juan D.
Caruso, Claudio.*
Fogliata, Máximo.
Soria, Sergio.*


En el año 1995:

Bilbao, Javier.
Safigueroa, Maximiliano.**
Estrada, Crístian.
Alonso, Alejandro. O. P. *
Damín, Ariel.**
De Amo, Gustavo.**
Medina, Sergio.*
Moyano, Daniel.**
Núñez, Carlos E.
Porri, Luciano.
Pereyra, Marcelo.
Ruarte, Sergio.
Spalla, Fernando.**
Sosa, Javier.


En el año 1996:

Carlaván, Gustavo.**
Mancini, Alejandro.*
Rivero, Eduardo.**
Escalona, Edgardo.**
Issa, Andrés.
Arnaudo, Ricardo.**
Blanchet, José.
Barzola, Miguel.
Espejo, Rafael.
Guanchul, Gustavo.
Heredia, Luis.
Motzo, Mario.
Pereyra, Luis.
Safigueroa, Rogelio.
Sosa, Gustavo.


En el año 1997:

Alcaraz, Jesús.
Bleimont, Sergio.
Ledesma, Adrián.
Luján, Pedro.
Maydana, Jorge.
Orozco, Jorge.
Pinela, Jorge.


En el año 1998:

Agüero, Daniel Gustavo

Alcázar, Guillermo Nestor
Ciperiani, Gonzalo José
Corsiglia, Juan Pablo
Espósito, Juan Rafael
Fernandez, Lucas Emiliano
Flores, Domingo Eduardo
Lopez, Jorge Jesús
Mamóndez, Juan Maximiliano
Miles, Diego Javier
Moreira, Diego Javier
Orellano, Jorge Fabián
Sanchez, Jorge Antonio
Torres, Walter David
Rodríguez Argomedo, José Eduardo


En el año 1999:

Luquez, Guillermo Ignacio
Arias, Juan Alfredo
Cabañez, Javier
Cabrera, Ruben
Feininger, Gonzalo
Gomez, Gastón Daniel
Jaraj, Pablo Alberto
Maidana, José
Marenco, Cristian
Orozco, Hugo
Paiva, Leonardo
Pedraza, Marcelo
Peralta, Luis
Varela, Dario
Novillo, Luis


En el año 2000:

Cestac Mazzone, Mariano
Gil, Diego
Hidalgo, Jorge Luis
Lobo, Santiago Hugo
Lucero, Antonio Reinaldo
Tapia, César Ariel
Torres, Jorge Daniel
Tous, Franco Gualterio


En el año 2001:

Carassay, José Luis
Cavilla, Germán Tomás
Costa, Alberto
García, Ignacio Oscar
Juarez, Augusto
Romano, Marcelo Javier
Sosa, Salvio Alan
Cornejo, Gabriel Adolfo
Sanchez, Juan Carlos


En el año 2002:

Ortiz, Ignacio Martín
Puerta, Jorge Andres
Puy, Martín Miguel
Rodríguez, Ariel Gustavo
Villegas, Juan Marcelo
Juarez, Gabriel Fernando



Como podemos apreciar, el números de seminaristas es realmente apreciable, sólo podemos hacer unas cuentas, que en los apéndices las presentaremos en forma de tablas.
A pesar de los números, sabemos que Dios obra y se sirve de inútiles criaturas para lograr lo que le interesa, especialmente si recurrimos a Él en el oración, todo se consigue; esa fue la clave, con la que Mons. Laise siempre contó, y a la cual nuca dejó de lado.

CAPITULO 6.

EL SEMINARIO EN LA ACTUALIDAD.


A. Los formadores (estos datos son del año 2001)

En la actualidad el seminario tiene como Rector al Padre Miguel Bernardo García; como vicerector al Padre Gerardo Daniel González Lepez; como Prefecto de Disciplina al Padre Federico Fernando Kunz; como Prefecto de Estudios al Padre Luis H. Paredes; como Director Espiritual al Padre Miguel Ángel Russo; y con la colaboración especial del Padre Carlos Biestro; sin contar con los sacerdotes que eventualmente llegan al seminario para dirigir a los seminaristas o simplemente confesarlos.
Los profesores que dan clase son los siguientes:
P. Miguel B. Garcia.
P. Luis H. Paredes.
P. Carlos Biestro
P. Miguel Ángel Russo.
P. Gerardo Daniel González Lepez
P. Federico Fernando Kunz
P. Miguel Ángel Comandi
P. Marcelo Parma.
Fray Marcos González.
Fray Daniel Rossi.
Fray Patricio Bataglia.
P. Alfredo Sáenz.
P. Gabriel Díaz Patri.
P. Pedro Erazo.
P. Daniel Pérez.
Madre María de Jesús.
Hna. Cecilia Lopez.
Hna. Adriana Mayol
Noemí Alvarado.
María Andujar.
Elsa Andrada


B. Visión global.

El seminario en estos 15 años ha crecido de manera notable, a pesar de los cnontratiempos y malentendidos que puedan haber ocurrido, la presencia de Dios ha sido una realidad, los frutos se ven, San Luis tiene sacerdotes, (tal vez no serán perfectos, pero recordemos que sólo fue perfecto Jesucristo, nosotros tratamos de imitarlo; por lo tanto no pretenderemos tener sacerdotes perfectos), tal vez haya sacerdotes no del todo entregados por Cristo, pero también los hay buenos y santos. Y eso es fruto de la formación, de la doctrina, es fruto de Dios, (junto a la intercesión de María la Reina de este Seminario y de todos los seminaristas y sacerdotes de la diócesis).
Decir y resaltar únicamente los aspecto negativos, sería una gran injusticia, si tomamos el Evangelio y nos ponemos a contar todas las veces que los apóstoles fallaron, cuando Jesús aún estaba con ellos, tendríamos que afirmar que la empresa que estaban por comenzar estaba destinada al fracaso, pero sería una grave error, olvidar la acción de Dios, en medio de estos Apóstoles, que fueron 12 y que gracias a ellos hoy gran parte del mundo esta evangelizado. Ciertamente que si uno ve las cosas con ojos humanos, las expectativas serían muy negativas, pero como ya dijimos estaríamos equivocados, si dejamos la gracia de Dios de lado, especialmente en una empresa totalmente dedicada a Él.
El seminario fue y es la primera preocupación de nuestro Obispo y gracias a Dios, hoy podemos decir que es una realidad, y que esta realidad esta produciendo frutos abundantes, y no solamente en nuestra querida diócesis, sino también en vecinas diócesis, en su momento fue San Juan que no tenía seminario y que enviaba a sus seminaristas a estudiar, en el nuestro; hoy en día contamos con la compañía de seminaristas de La Pampa, que formandose en este seminario se preparan para la evangelización del tercer milenio.
Debemos dar gracias contantemente a Dios por los beneficios de él recibidos y por tan gran don, pero que sin embargo nos hace tomar conciencia del gran amor que Dios nos tiene y de la infinita misericordia que distribuye a manos abiertas sobre sus hijos más desprotegidos.

Por lo tanto, en lineas generales, el Seminario es una bendición del cielo, que nos permite acercar las almas, a Dios; es nuestro deber dar continuas gracias por todos los regalos recibidos, e implorar al Señor envíe más operarios a su mies.

CAPITULO 7.

CONCLUSIÓN.


A. Valoración acerca de los seminarios.

En la Exhortación apostólica, Postsinodal Pastores Dabo Vobis, se remarca:
Los Padres sinodales, en su Mensaje final, han expuesto de forma inmediata y profunda el significado original y específico de la formación de los candidatos al sacerdocio, diciendo que «vivir en el seminario, escuela del Evangelio, es vivir en el seguimiento de Cristo como los apóstoles; es dejarse educar por él para el servicio del Padre y de los hombres, bajo la conducción del Espíritu Santo. Más aún, es dejarse configurar con Cristo buen Pastor para un mejor servicio sacerdotal en la Iglesia y en el mundo. Formarse para el sacerdocio es aprender a dar una respuesta personal a la pregunta fundamental de Cristo: "¿Me amas?" (Jn 21, 15). Para el futuro sacerdote, la respuesta no puede ser sino el don total de su vida » .

Por lo que queda más que claro, que el llamado al seguimiento de Cristo es un llamado a dejarlo todo, y seguirlo, seguir sus pasos e imitarle:

La necesidad del Seminario mayor _ y de una análoga Casa religiosa de formación _ para la preparación de los candidatos al sacerdocio, como fue afirmada categóricamente por el Concilio Vaticano II, ha sido reiterada por el Sínodo con estas palabras: « La institución del Seminario mayor, como lugar óptimo de formación, debe ser confirmada como ambiente normal, incluso material, de una vida comunitaria y jerárquica, es más, como casa propia para la formación de los candidatos al sacerdocio, con superiores verdaderamente consagrados a esta tarea. Esta institución ha dado muchísimos frutos a través de los siglos y continúa dándolos en todo el mundo ».
El seminario, que representa como un tiempo y un espacio geográfico, es sobre todo una comunidad educativa en el camino: la comunidad promovida por el Obispo para ofrecer, a quien es llamado por el Señor para el servicio apostólico, la posibilidad de revivir la experiencia formativa que el Señor dedicó a los Doce. En realidad los Evangelios nos presentan la vida de trato íntimo y prolongado con Jesús como condición necesaria para el ministerio apostólico. Esa vida exige a los Doce llevar a cabo, de un modo particularmente claro y específico, el desprendimiento _ propuesto en cierta medida a todos los discípulos _ del ambiente de origen, del trabajo habitual, de los afectos más queridos (cf. Mc 1, 16_20; 10, 28; Lc 9, 11. 27_28; 9, 57_62; 14, 25_27). Se ha citado varias veces la narración de Marcos, que subraya la relación profunda que une a los apóstoles con Cristo y entre sí; antes de ser enviados a predicar y curar, son llamados « para que estuvieran con él » (Mc 3, 14).


B. La presencia del seminario en la diócesis de San Luis.

En la diócesis de San Luis, han sido ordenados más de 50 sacerdotes, de los cuales, tres ya nos precedieron en su camino al cielo, y otros por diversas razones, que uno nunca llega a comprender dejaron el ministerio sacerdotal, y algunos que sin dejar su ministerio decidieron servir al Señor en otras diócesis.
En síntesis, las gracias que ha recibido la diócesis, con la creación del Seminario, son infinitas, (y uno nunca llega a comprender la totalidad del misterio que trae entre manos el sacerdocio). Dios mismo que se hace obediente hasta la muerte y muerte de cruz, quiso que por las palabras del Sacerdote, el pan y el vino consagrados se convirtieran por la transubstanciación en su Cuerpo y su Sangre, para la salvación del mundo, en una entrega total de amor.
Pensar que en nuestra diócesis tenemos la posibilidad de formar a estos ministros de los misterios de Dios, es una gracia infinita, y nunca tendrá el tiempo suficiente de agradecer.
Pero más que palabras lindas, hacen falta hechos, que demuestren de manera coherente lo que se piensa, y para eso necesitamos como ya antes lo habíamos dicho de la oración, por las vocaciones, el Señor dijo: «La mies es mucha y los obreros pocos.» (Mt. 9, 37). Hay que rezar para que el Señor se digne enviar, santos sacerdotes.

BIBLIOGRAFÍA.

¤ Libro de crónicas del seminario mayor de San Luis. Nº 1. (Del 2/5/1982 al 2/11/1984).
¤ Libro de crónicas del seminario mayor de San Luis. Nº 2. (Del 3/11/1984 al 28/3/1986).
¤ Revista Bodas de Plata Episcopales, edición especial.
¤ 400 Años de la Iglesia en San Luis.
¤ Archivo del Obispado.
¤ Archivo del Seminario.

Friday, October 14, 2005


Catedral de San Sebastian, en San Sebastian
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En la tertulia
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En la tertulia por la tarde
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Durante la visita de Mons. Aguer al Seminario
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Marcelo Villega tomando mate
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Durante una salida comunitaria a un parque, con el curso de introductorio Posted by Picasa



Durante un momento de recreación, jugando al futbool Posted by Picasa


Casa de los Ermitaños, donde esta ubicada la capilla con el Santísimo Sacramento Posted by Picasa


Durante una salida comunitaria, el pasado 10 de octubre de 2005; en las sierras de San Luis.
Momento de recreación y descanso Posted by Picasa

Thursday, October 13, 2005

Durante una salida comunitaria, momentos antes del almuerzo. Lugar en las sierras de San Luis, cerca de los Ermitaños eucarísticos Posted by Picasa


D�a de salida comunitaria, camino nuevo, cerca de los Ermitanos
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